mercredi 27 juillet 2016

Se despertó con un montón de latidos agolpados en el pecho, como si hubieran querido salir todos de golpe y se hubieran atollado. La colcha se había llenado de pétalos, miró por la ventana. Bajó la cabeza y sonrió después de haber acariciado su nombre con sus labios. Se arriesgó a ilusionarse. La ventana estaba abierta y los cerezos, estaban en flor.