jeudi 26 février 2015

Il faut payer de larmes un véritable bonheur

-¿Tan difícil era de entender? ¿Por qué? Se preguntaba sin poder hallar respuesta.

“El amor lo es todo, una vez conocido nada puede igualarlo. No existe nada a partir de ese momento que te regale la verdadera felicidad, esa intensidad, todo aquel o aquella que sea feliz, estando enamorad@ y no correspondid@, miente o realmente nunca lo estuvo. Dentro de su complejidad, su razonamiento es simple. Cuando una relación se acaba, siempre hay uno que sufre más que otro. La persona que está enamorad@. La otra mitad que decide romper el vínculo, inmediatamente puede ser feliz porque tiene a otra persona o porque realmente nunca llegó a enamorarse. No hay más.
Por mucho que digan, si el amor es de verdad, es imposible que se rompa, a pesar de las dificultades que se puedan encontrar, siempre son superables. También, un mecanismo de defensa suele ponerse en marcha, la persona que tanto queríamos se vuelve un extraño, retorcido, capaz de las peores atrocidades. Este mecanismo, a veces, causa más daño aun, porque no puede sustentarse, incluso teniendo bases “sólidas” porque el amor es ciego. La evidencia puede ser engañosa. Llega un momento en el que se entra en una pseudohumillación, es decir, una humillación ficticia. La gente de nuestro alrededor se queda en el mecanismo, pero el enamorad@ de verdad ve más allá (…)”

- Es inútil seguir leyendo, en vez de aclararme, me confunde más, ¿Él nunca me quiso? Si realmente me quiere ¿por qué no está a mi lado? ¿Y si él está enamorado y soy yo el que no lo está?...es imposible, sino no le daría tantas vueltas. ¿Está con otro? ¿Es feliz sin mí? Supongo que son preguntas que tendrán respuesta a su tiempo. De momento las sombras vuelven a inundar el espacio, sobre todo la de ella, delante de la puerta.
La succionadora de amores muertos, con su boca de aburrimiento, sus anchos y ojerosos ojos, su triste vestido de muaré y sus cabellos mal peinados. Transforma mi cuerpo y las noches las vuelve largas, frías y desoladas. Incluso me dice que le abra la puerta, que me está siguiendo desde hace mucho tiempo, que sabe que mi amor está muerto, que se acabaron los falsos Rimbaud y los falsos Verlaine que de nuevo estará aquí…

Desde entonces es la autora de mis noches en vela. Se ha colgado de mi cuello, se ha enrollado a mis piernas y se ha recostado en mis rodillas…La Soledad.