-¿Tan difícil era
de entender? ¿Por qué? Se preguntaba sin poder hallar respuesta.
“El amor lo es
todo, una vez conocido nada puede igualarlo. No existe nada a partir de ese
momento que te regale la verdadera felicidad, esa intensidad, todo aquel o
aquella que sea feliz, estando enamorad@ y no correspondid@, miente o realmente
nunca lo estuvo. Dentro de su complejidad, su razonamiento es simple. Cuando
una relación se acaba, siempre hay uno que sufre más que otro. La persona que
está enamorad@. La otra mitad que decide romper el vínculo, inmediatamente
puede ser feliz porque tiene a otra persona o porque realmente nunca llegó a
enamorarse. No hay más.
Por mucho que
digan, si el amor es de verdad, es imposible que se rompa, a pesar de las
dificultades que se puedan encontrar, siempre son superables. También, un mecanismo de defensa suele
ponerse en marcha, la persona que tanto queríamos se vuelve un extraño,
retorcido, capaz de las peores atrocidades. Este mecanismo, a veces, causa más
daño aun, porque no puede sustentarse, incluso teniendo bases “sólidas” porque
el amor es ciego. La evidencia puede ser engañosa. Llega un momento en el que
se entra en una pseudohumillación, es decir, una humillación ficticia. La gente
de nuestro alrededor se queda en el mecanismo, pero el enamorad@ de verdad ve más allá (…)”
- Es inútil
seguir leyendo, en vez de aclararme, me confunde más, ¿Él nunca me quiso? Si
realmente me quiere ¿por qué no está a mi lado? ¿Y si él está enamorado y soy
yo el que no lo está?...es imposible, sino no le daría tantas vueltas. ¿Está
con otro? ¿Es feliz sin mí? Supongo que son preguntas que tendrán respuesta a
su tiempo. De momento las sombras vuelven a inundar el espacio, sobre todo la
de ella, delante de la puerta.
La succionadora
de amores muertos, con su boca de aburrimiento, sus anchos y ojerosos ojos, su
triste vestido de muaré y sus cabellos mal peinados. Transforma mi cuerpo y las
noches las vuelve largas, frías y desoladas. Incluso me dice que le abra la
puerta, que me está siguiendo desde hace mucho tiempo, que sabe que mi amor
está muerto, que se acabaron los falsos Rimbaud y los falsos Verlaine que de
nuevo estará aquí…
Desde entonces es
la autora de mis noches en vela. Se ha colgado de mi cuello, se ha enrollado a
mis piernas y se ha recostado en mis rodillas…La Soledad.
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