lundi 26 novembre 2012

El paso de cebras...



El paso de cebra es mucho más que una parte de carretera preparada para que el peatón pueda pasar con seguridad al otro lado, es algo más, tanto es así que el otro día me disponía a atravesar uno  pero un semáforo encendido de color rojo me advertía de que no lo hiciera. El estaba al otro lado, me acuerdo que llovía ese día, se mantenía de pie sin moverse, no llevaba paraguas, estaba completamente empapado, a pesar de que la lluvia intentaba mezclarse con sus lágrimas, no me impedió ver que lloraba, aunque algo físico me lo impedía, crucé y le hablé. Me preguntó :
-        -   ¿Cómo te llamas ?
-         -  ¿Decirte mi nombre puede desencadenar un estado prolongado en el tiempo de plenitud y satisfacción, un estado eqilibrado de cuerpo y espíritu dónde el sufrimiento, el estress, la inquietud y el desconcierto esten ausentes ? Respondí yo.

El chico se quedó parado delante de mi, sin articular palabra, tan sólo hizo un leve gesto con el cual me cubría con su paraguas de la intemperie, aun así debajo de su paraguas yo seguía lloviendo, aunque he de reconocer que bastante menos. Le respondí :
-          - Mi nombre es Andrew

Seguía sin moverse, en ese momento dejé de oir las gotas de lluvia estamparse contra el suelo, dejé de ver lo que pasaba fuera de ese paraguas tan solo estaba él y su paraguas. En eso se me resumió mi visión del mundo, no necesitaba nada más. Sentí que mis ojos se empezaban a secar, el sufrimiento pasar. Me preguntó :
-        -  ¿Por qué lloras ? ¿Te han hecho daño ?

No sabía que decir, pero he callado mucho tiempo y necesitaba decirselo :
-          ¿Osas preguntarme el motivo por el que lloro ? ¿Osas preguntarme si me han hecho daño ? Todo es culpa tuya. Lloro porque he perdido la confianza en ti, lloro porque por mucho tiempo que pasa no te atreves ni siquiera a secarme las lágrimas y yo, como idiota, sigo creyendo en ti sin poder impedírmelo por mucho que intente odiarte, por mucho que intente suplantarte…no puedo estás demasiado dentro de mi.

Una vez que pude desahogarme, le miré a los ojos, me sonrió y me dijo :
-         - Siento mucho hacerte daño, pero soy así, no puedo remediarlo. Algunas veces te haré feliz y otras te haré sufrir. Gracias por seguir confiando en mi

En ese momento dejé de llorar, cogió su paraguas y Amor se fue.

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