mardi 23 avril 2013

- Hoy no para de llover, sólo veo luces intermitentes y sombras negras
que se mueven de un lado para otro. De vez en cuando el sonido de un claxon viene
a mezclarse con el del suicidio de algunas gotas. Había dejado el paraguas en
casa, no iba a ir a ningún lado, solo a buscar alguna estrella bajo la lluvia y
el paraguas me lo hubiera impedido. Fue así como me lo encontré, no sé si me
choqué yo o fue él quien se chocó contra mí, eso no fue lo importante. Lo
importante fue ese intercambio de calor, que no duró más de dos segundos. Más
que pedirle perdón, le daría las gracias por demostrarme que las estrellas
nunca desaparecen por mucho que tenga los ojos mojados.

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