vendredi 8 janvier 2016

La noche es oscura y alberga ilusiones

Era tarde, hacía frio y estaba lloviendo. Desde la ventana de la habitación se podía apreciar como las gotas de lluvia jugaban entre ellas, el vaho producido por el contraste de la calefacción les permitía cierta intimidad en algunas esquinas del cristal. Nos metimos en la cama, había sido un día largo lleno de sorpresas, sobre todo de amigos. Por fin ya los dos solos. Sus susurros, sus labios acariciando el lóbulo de mi oido y sus brazos que me abrazaban por detrás conteniendo fuertemente mi respiración. Es uno de esos momentos en los que en mitad de la oscuridad, sin que nadie me vea, sonrío. Y sí, soy inmensamente feliz.

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