mercredi 6 août 2014

Daniel siempre ha necesitado un héroe, fuerte capaz de protegerle de cualquier cosa que pudiera dañarle incluso de él mismo. No se dio cuenta que al igual que él, Johan también necesitaba sentirse protegido, arropado, querido. Johan decidió abandonarle, no porque no le amara, sino porque ya sólo le quedaba una llamita pequeña para darse calor a sí mismo. Daniel estaba siempre muerto de frio y ese frio era insaciable, tanto que congeló al Amor. Ese ansia de calor desmesurada le dejó tiritando de frio. No fue culpa de Johan ni de él. Pensaba que la solución sería mucho más calor...la historia se repite una y otra vez. Si el Amor es lo primero, va siendo tiempo de tignarse sus dulces manos blancas de ollín, reanimar la llama antes de que haya más muertes por hipotermia. Si no quiere que la ausencia vuelva a mojar su almohada y hacer estragos en su alma.

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