-Buenos días, tiene por ahí algún beso para mí? Preguntó de puntillas, sólo alcanzaba a vérsele la cara.
-Hoy están de oferta, los tenemos al peso. Respondió el tendero.
-Ah...pero yo no busco ese tipo de besos. Dijo desilusionado, mientras sus pies volvían a tocar el suelo. Ya no se le veía.
-Espera...gritó un chico. -Tengo lo que buscas.
Ahora sus pies a penas rozaban el suelo. Le salió bastante barato. Tan sólo le costó un poquito de tiempo y alguna que otra lágrima. Pero cosiguió El Beso y algo más: un abrazo y un "pase lo que pase, nunca te soltaré".
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