dimanche 25 octobre 2015

Todo era distinto. El oleaje, el sol, el sonido de las gaviotas...me gustaba este lugar. Tenía envidia de las gotas de mar saladas que salpicaban tu cuerpo y tus labios. Hacía mucho que no veníanos, un año y medio. Era feliz...después nada fue igual. Es verdad que te echaba de menos. Esos días enteros sin verte, eran interminables. Intenté dormirme de verdad pero no podía. ¿Sabes en qué pensaba? En nuestros momentos inolvidables justo aquí, acurrucado contra ti. La cara que debí poner cuando nos conocimos y me dijiste que eras socorrista...un simple estudiante de literatura francesa como yo saliendo con un Socorrista...nunca fui capaz de esconder mis emociones, solo conseguí engañarte con un corazón enfermo. Poco a poco me fui curando de mi enfermedad. Todo parecía ir bien. Tu te habías ido al norte. En esos momentos pensaba en nosotros, en nuestro reencuentro. No dejaba de repetirme que todos los esfuerzos que hacía era por nosotros...hasta que supe la verdad, que tuviste un accdidente en la carretera, que el nuevo corazón que latía contra mi pecho..era el tuyo. Siempre formarás parte de mi, aunque ya no existas, aunque ya estés muerto.

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