vendredi 12 septembre 2014

-¡¡Estáte quieto!!
-¿Y si no me da la gana? ¿Qué?
-Pareces un crío.
-Pues tu, un Ángel.
-¿Yo? ¿Dónde ves las alas a ver? -Preguntó mirándole de reojo.
-No es cuestión de tener alas, sino de soñar más alto que las estrellas.
-S-suéltame.
No podrá fingir por más tiempo. Se le empezaba a notar el destello en la voz y el reflejo en su cara. En su interior las constelaciones gritaban su nombre. Por el momento las acallaba con sus latidos o con cualquier tontería que se le pasara.

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